domingo, 30 de septiembre de 2007

Mi Cuaderno

Compré mi cuaderno de recetas en Londres, en 1988, es rojo, de tapas duras y hojas rayadas. Aunque ya sabía cocinar, fue el año que empecé a hacer cosas más complicadas que una pasta o unos filetes empanados de los de toda la vida. Desde entonces he anotado muchas recetas. Otras las he apuntado a toda velocidad nada más hacerlas. Algunas están en inglés. Hay añadidos al margen de muchas de ellas, con ideas de ingredientes alternativos, o conversiones de medidas (por ejemplo 25 grs. de chocolate = una onza de nestlé postres). Hay recetas muy precisas, y otras muy vagas. Unas muy elaboradas y otras muy simples, fáciles y rápidas. Además de las recetas escritas a mano en el cuaderno, hay muchos papelitos y recortes entre sus páginas. Es bastante caótico y sólo yo se, y no siempre, si una receta está anotada en el cuaderno, en un recorte o en un papelito apuntada a toda prisa, así que a veces, buscar una es toda una aventura que además te hace recordar recetas que tenías olvidadas y te da ideas...

1 comentario:

Adormidera dijo...

Llevo ya más de una hora ojeando tu blog. He guardado dos de tus recetas, pensado porqué tienes tan pocos comentarios, sonreído con tus explicaciones sobre el ritual del té (versión inglesa), extrañada de encontrar un rincón que no se deja llevar de tendencias: una cocina casera, tradicional, con toques de cocina colonial, con aspecto de libro antiguo de cocina (también a mí me hace mucha gracia las explicaciones de la tal Marquesa).

En fin, muchas más cosas he ido pensando hasta darme de bruces con este post.
Yo también tengo un cuaderno, bueno, a estas alturas voy terminando el segundo, lleno de anotaciones. Debí empezar un año después que tú, porque el dietario 1º que usé es justamente de ese año. Una amiga con la que vivía entonces me lo regaló, pero jamás llegué a llenarlo con nada, entonces mi memoria era aventajada y mi vida iba demasiado deprisa como para planificar. Desde aquel momento, las recetas que cocinaba para mis compañeros de piso y gorrones adjuntos fueron llenando esas hojas a destiempo.

Lo has descrito tan bien que no intentaré ni siquiera volver sobre el tema. Sólo decirte que en algún lugar y circunstancias muy distintas, alguien coincidió contigo al comenzar un cuaderno parecido.

Me gusta tu blog. Lo guardo porque tengo muuuuucho que aprender de él.
Un saludo.