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viernes, 20 de febrero de 2009

Bizcocho de Viernes: con Cardamomo y Semillas de Amapola

Otro experimento de viernes con bizcocho para el fin de semana. Hoy he cambiado mi habitual bizcocho de yogur por una versión más “pecaminosa”: nata en vez de yogur y mantequilla en vez de aceite de oliva.

Ingredientes:
  • 1 vaso de yogur de nata para montar (yo tengo un mini-tupper de 125 ml que uso de medida)
  • 3 huevos, separadas las claras de las yemas
  • 1 vaso y medio de yogur de azúcar
  • unos 75 grs de mantequilla (la he puesto a ojo, media tarrina de 150 gs)
  • 3 vasos de yogur de harina
  • 1 sobre de levadura royal
  • unas 10 vainas de cardamomo
  • 1 naranja

Precalentamos el horno a 175º.

Lavamos la naranja y rallamos la piel. Luego la partimos por la mitad y le sacamos el zumo apretando con la mano, sin exprimidor y después despegamos la pulpa del resto de piel y lo ponemos todo junto en un cazo pequeño.

Abrimos las vainas de cardamomo, machacamos bien las semillas en el mortero y las añadimos a la naranja “desestructurada”. Y también ponemos la mantequilla. Lo ponemos todo al fuego hasta que empiece a hervir. Apartamos del fuego y movemos bien. Dejamos que se derrita la mantequilla mientras se enfría todo moviendo a ratos.

Mientras se enfría, en un bol mezclamos con la batidora la nata, las yemas el azúcar y la levadura. Le añadimos la mezcla de mantequilla, naranja y cardamomo y después, uno a uno, los tres vasos de harina y un puñado de semillas de amapola.

En otro bol batimos las claras a punto de nieve y cuando estén listas, las añadimos, mezclando muy suavemente para que no se bajen hasta que estén bien incorporadas a la masa.

Ponemos la masa en un molde, espolvoreamos bien con azúcar y metemos al horno unos 40 minutos, o hasta que al pinchar con una brocheta salga limpia.

viernes, 28 de noviembre de 2008

Bizcocho de Viernes: con Manzana y Pimienta de Jamaica

Llevo una temporada que los viernes me he inventado un ritual: después de comer, recojo la cocina y hago un bizcocho. Así está listo para la hora de tomar el te. Y dura todo el fin de semana, para desayunos, meriendas, tes... Empecé haciendo el típico bizcocho de yogur y cada semana lo voy variando en algo: añadiendo un mango pasado por la batidora a la masa, o el zumo de un par de mandarinas, o trocitos de piña, o cacao... Este es el que he hecho esta tarde:

Ingredientes:
  • 1 yogur natural
  • 2 medidas de azúcar
  • 3 medidas de harina
  • 3 huevos
  • ¾ medida de aceitedeolivavirgenextra
  • Ralladura de un limón
  • 1 cucharada sopera de pimienta de Jamaica (all spice)
  • 1 manzana reineta mediana rallada
  • 1 sobre de levadura Royal
Precalentamos el horno a 160º.

En un bol se pone el yogur, el azúcar, la ralladura de limón, la pimienta de Jamaica, la levadura, y las yemas de los tres huevos. Se bate todo bien batido, hasta que tengamos una masa homogénea y luego añadimos la harina y batimos bien para que no queden grumos, yo lo que hago es mezclarlas una a una, para que se mezclen bien y sin grumos. Esto se puede hacer con la minipimer. Luego añadimos la manzana rallada y mezclamos bien con unas varillas o un tenedor.

En otro bol batimos las claras a punto de nieve y cuando estén listas las mezclamos con la masa que hemos hecho con el resto de los ingredientes. Lo ponemos en un molde y al horno durante unos 45 minutos a 160 grados.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Obleas Dulces

Otra receta de horno... Y además, fácil y rapidísima. Se hace en unos 10 minutos. Y está buenísima.

Ingredientes:
  • 1 paquete de obleas para empanadillas de La Cocinera (las de toda la vida)
  • Azúcar
  • Anís (o Chinchón dulce)
  • Piñones o almendras laminadas o picadas
  • Aceitedeoliva de sabor suave (o mantequilla que habremos licuado en el microondas o al baño maría) suficiente para pintar las obleas.
Precalentamos el horno a 180º.
Ponemos las obleas encima de un papel de horno (o de una placa de silicona). Las pintamos con el aceite o mantequilla y las espolvoreamos con azúcar y piñones, o almendras. También se pueden hacer sólo de azúcar.

Las metemos en el horno durante unos 5 ó 6 minutos, no mucho más porque se queman en un momento. Las sacamos y las pintamos con anís. Dejamos enfríar (no tardan nada) y listas.

Versión para imprimir.

sábado, 19 de abril de 2008

Pan con Sal y Aceite

El mejor desayuno del mundo. Y la mejor merienda. Y combina con todo: con jamón, con queso, con lomo, con tortilla, con colacao y con café con leche.

Ingredientes:

  • Pan (a poder ser de verdad, no de esos que venden ahora precocidos)
  • Aceitedeolivavirgenextra
  • Sal (a mi me gusta usar sal gruesa o sal Maldon)

Tostamos el pan en tostador (o en la chimenea!!), rociamos bien con aceite y espolvoreamos con la sal. Listo para disfrutar.

Antes de poner el aceite, podemos restregar un diente de ajo por toda la tostada. También está de muerte si ponemos azúcar en vez de sal.

También está riquísimo sin tostar. En algunos pueblos aceituneros de Jaén, cuando entras en un bar a tomar algo, antes de preguntarte qué quieres tomar te ponen sobre la barra un plato con aceite, un salero, y una cesta de pan para que vayas picando. Un lujo.

lunes, 7 de abril de 2008

Bizcocho de Chocolate Hereje

El otro día haciendo la compra, vi en la sección de los yogures, unos envases con preparado para hacer bizcocho de chocolate. En un momento de debilidad, pensé "qué maravilla, sin manchar, sin pasarte un rato pesando, midiendo, batiendo, montando" y lo compré. El resultado, bastante bueno para un precocinado (aunque nunca será igual que uno de verdad). De hecho, creo que repetiré. Está buenísimo con el café con leche para desayunar.

Ingredientes: un envase de masa para bizcocho de Nestlé y un molde antiadherente (así nos evitamos tener que ponerle mantequilla para que no se pegue...ya que estamos vagos)

Precalentamos el horno a 180º, ponemos la masa preparada en el molde y metemos en el horno 40 minutos y listo.

miércoles, 27 de febrero de 2008

Bizcocho de Nata

Ingredientes:
  • 1 brik de nata líquida de 200 grs (mejor que sea para montar que para cocinar, aunque sirven las dos).
  • La misma medida del brik de azúcar
  • Dos medidas del brik, de harina
  • Medio brik de aceite o de mantequilla
  • 4 huevos, separadas las yemas y las claras
  • 1 sobre de levadura Royal
  • Ralladura de limón, naranja o mandarina (o mezcla de ralladuras)

Precalentamos el horno a 180ºC.

En un bol que habremos metido un rato en el congelador ponemos la nata y batimos con las varillas (de mano o eléctricas) hasta que esté medio montada pero aún líquida. Como para el café irlandés de verdad. Entonces añadimos el azúcar y montamos un poco más pero solo lo justo para mezclar muy bien.

Añadimos las yemas, una a una batiendo despacio, sin que se monte ni se desmonte la nata y la ralladura que hayamos decidido usar. Aparte mezclamos la harina con la levadura y luego la añadimos a la mezcla anterior batiendo suavemente, para que no queden grumos.

En otro bol batimos las claras a punto de nieve (se sabe que están listas dándole la vuelta al bol, si no se caen, están a punto de nieve, también se sabe porque si sacamos las varillas se hacen piquitos como si fuera un merengue) y las añadimos a la mezcla anterior con mucha suavidad y movimientos envolventes de las varillas hasta que esté todo mezclado.

Ponemos la mezcla en un molde untado con mantequilla o aceite y metemos en el horno durante 45 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar con una brocheta esta salga limpia. Si se dora demasiado por encima cubrir con papel de aluminio.

Se puede añadir a la masa, después de la harina y antes de añadir la nata montada, un puñado de pasas o de frutas confitadas, que habremos lavado y pasado por harina para que no se vayan al fondo del bizcocho. También se puede aromatizar con agua de azahar.

viernes, 8 de febrero de 2008

Torrijas

No se por qué sólo las hacemos en Cuaresma, la verdad, si están buenas todo el año y los ingredientes no son nada del otro mundo, y hasta son baratas y relativamente sanas, a pesar de ser un postre…
  • Una barra de pan de ayer (o de pan de torrijas) cortada en rebanadas de aproximadamente dos centímetros de grueso. Conviene que sea pan de verdad, no de baguette, ni chapata, y muchísimo menos de molde. Que sea pan de barra de toda la vida, o mejor aún, pan de pueblo, hecho en horno de leña. Cuanto mejor sea el pan, más ricas estarán las torrijas.
  • 1 litro de leche entera
  • Azúcar (unas 6 cucharadas soperas)
  • Canela
  • Un trozo de peladura de limón
  • Huevos
  • Aceite para freír

En un cazo calentamos la leche, con el azúcar, una rama de canela y la peladura de limón, hasta que el azúcar se haya disuelto y esté a punto de hervir. Apagamos el fuego y dejamos que se enfríe, tapado, hasta que esté a temperatura ambiente.

Mojamos las rebanadas de pan en la leche, que queden bien empapadas, o se quedarán secas. Las pasamos por huevo batido, con cuidado de que no se rompan, el pan empapado en leche es algo difícil de manejar… y las freímos en aceite bien caliente.

Cuando las saquemos del aceite, las dejamos escurrir sobre un papel de cocina y luego las espolvoreamos con azúcar y canela. También se pueden regar con un almíbar de miel (mitad miel y mitad agua o mitad miel y mitad vino dulce).

miércoles, 16 de enero de 2008

Leche Frita

Hoy iba a poner torrijas, pero como aún queda un poco para Cuaresma y una es muy tradicional, me he decidido por la leche frita, que está igual de buena y también es un clásico clasiquísimo.

Ingredientes:
  • 1 litro de leche ENTERA (y si puede ser fresca, de la que venden con los yogures)
  • 150 grs de azúcar
  • 130-150 grs de maizena
  • Peladura de un limón
  • 1 rama de canela
  • Harina y 1 huevo para rebozar
  • Aceite para freír
  • Canela en polvo y azúcar glass.

En un cazo poner la leche, la cáscara de limón y la rama de canela y calentar hasta justo el momento en que empiece a hervir. Añadir el azúcar, apagar el fuego y dejar tapada durante 10 minutos removiendo un par de veces para que se deshaga todo el azúcar.

En un bol ponemos la maicena y sobre ella vertemos la leche poco a poco, colándola a la vez y sin parar de remover con unas varillas. Cuando hayamos puesto toda la leche, ponemos de nuevo la mezcla en el cazo y hacemos hervir a fuego muy lento, durante 5 minutos, removiendo todo el rato porque se pega.

Pasados los minutos, la crema habrá espesado. La ponemos en una fuente rectangular, que habremos “pintado” antes con aceite y la dejamos enfríar unas cuantas horas (mejor de un día para otro, como las croquetas, al fin y al cabo son casi lo mismo).

La fuente debe ser grande, de manera que no quede la masa con más de un par de centímetros de espesor.

Cuando esté la masa asentada la cortamos en cuadrados o en rectángulos (los cuadrados son más fáciles de manejar al freír), pasamos por harina y luego por huevo y los freímos en aceite caliente.
La receta tradicional es así, rebozada en harina y huevo, pero yo suelo hacerla empanada, con huevo y pan rallado, me gusta mucho más y a veces además de la corteza de limón añado una de naranja o de mandarina.

Se espolvorea con un poco de canela en polvo y con azúcar glass.



miércoles, 12 de diciembre de 2007

Fiambre de Pavo Trufado

Esta receta me la han pedido expresamente, después de decirme que por favor, no más recetas navideñas por unos días…
Ingredientes:
  • 500 grs de pechuga de pavo, deshuesada, limpia de piel y cualquier venita o tendón que pudiera tener y picada.
  • 750 grs de solomillo de cerdo ibérico, también muy limpio de grasa y nervios y picado.
  • 125 grs de jamón dulce (que sea del bueno, del que no tiene fosfatos ni guarrerías añadidas, es muy bueno el Bonnatur de Argal y no es por hacer publicidad) también picado.
  • 125 grs de jamón ibérico sin grasa, cortado en lonchas muy finas
  • 50 grs de higaditos de pollo perfectamente limpios y picados (son 2 ó 3 higaditos) o el mismo peso de foie del bueno o del de las meriendas…
  • 4 huevos
  • pimienta negra, como 15 granos
  • 4 trufas de bote (o más, si el presupuesto lo permite)
  • dos copas de Jerez seco
  • Pan rallado el que admita.
  • Suficientes lonchas de panceta o bacon cortado muy fino como para forrar un molde rectangular.

Lo mejor es pedir al carnicero que pique junta toda la carne. Si queremos que el fiambre quede muy fino, sin casi tropezones, le podemos pedir que lo pique dos veces.

Ponemos toda la carne en un bol, mezclamos bien y añadimos los huevos batidos, el jerez, los granos de pimienta y la sal y movemos bien, hasta que todo esté bien mezclado. Se va añadiendo pan rallado y mezclando hasta que quede una masa homogénea, blandita, pero no demasiado. Picamos las trufas y las mezclamos con la carne.

Además de las trufas, podemos añadir unos pistachos (pelados, claro) repartidos por todo el molde.

Forramos el molde y lo llenamos con la mezcla, asegurándonos de que el jamón serrano queda bien repartido por todo el molde.

Lo metemos en el horno y lo cocemos a 180º, tapado con papel de aluminio durante 35-45 minutos, controlando si está hecho pinchando con una brocheta hasta que ésta salga seca.

Nada más sacarlo del horno lo destapamos y ponemos sobre el molde otro molde con peso dentro, cuanto más mejor, por ejemplo se pueden poner unos briks de leche, puestos unos sobre otros (antes se ponían las planchas antiguas de hierro fundido) y lo mantenemos así, con el peso encima, durante al menos 12 horas.

Pasado ese tiempo desmoldamos y está listo para comer, cortado en lonchas muy finas. Va de maravilla con huevo hilado.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Galletas Navideñas

Estoy poseída por el espíritu de la Navidad, llena de buenos deseos, de ganas de ver nevar y de hacer cocinitas navideñas. Uno de los olores que más espíritu navideño tienen (para mi) son las galletas. No sé por qué, pero lo tienen… Estas son perfectas, con el toque de jengibre que las hace diferentes, y además se pueden hacer con formas y decoración navideñas e incluso las podemos usar como adornos para el árbol. Ah. Y son perfectas para hacer con niños… Quiero decir, con ayuda de niños, no en plan la bruja piruja de Hansel y Gretel.


Ingredientes: (como para unas 30 galletas)
  • 125 grs de mantequilla cortada a dados y a temperatura ambiente
  • 90 grs de melaza (se puede comprar en los herbolarios) o miel
  • 100 grs de azúcar moreno
  • 300 grs de harina bien mezclada con una cucharada sopera de jengibre en polvo y una cucharadita de café de bicarbonato
  • El zumo de un limón, colado que no tenga pulpa (puede que necesitemos más)
  • 250 grs de azúcar glacé (quizá haga falta más)
  • Colorantes alimentarios

Precalentar el horno a 190ºC. En un bol puesto sobre una cazuela con agua caliente, se pone la mantequilla, la melaza (o miel) y el azúcar. Y removemos hasta que la mantequilla se haya derretido y el azúcar se haya disuelto. Apartar el bol del calor.

Añadir la harina con el jengibre y el bicarbonato y mezclar bien hasta que quede una masa dura, que pueda extenderse con el rodillo. Hacer una bola con la masa, envolverla en papel film y meter en la nevera durante media hora.

Extender la masa con el rodillo hasta que tenga un espesor de aproximadamente medio centímetro.

Cortar las galletas con moldes navideños, arbolitos, estrellas, campanas, muñecos de nieve, papanoeles, angelitos, corazones… Si las vamos a usar para colgarlas en el árbol de Navidad, hacemos un agujerito con un palillo para luego poder pasarle un hilo.

Ponerlas sobre una bandeja de horno engrasada o cubierta con una hoja de silicona o de papel de horno y meter al horno durante 15-20 minutos, hasta que empiecen a dorarse los bordes. Las sacamos y dejamos enfriar sobre una rejilla.

Para decorarlas, mezclamos el azúcar glass con el zumo de limón calentado y una cucharadita de mantequilla, hasta que todo el azúcar se haya disuelto y tengamos una pasta espesa. La repartimos en varios boles pequeños, y le añadimos colorante hasta que tengan los colores que queramos utilizar.


Sobre las galletas frías hacemos la decoración y la dejamos secarse. Tarda bastante, así que hay que ser pacientes y no toquitearlas demasiado, o el glaseado perderá el brillo y se quedará feísimo.

Si no se tienen moldes (aunque ahora los venden en todos los hipermercados), se pueden hacer dibujando la silueta sobre una cartulina, recortándola y usándola de plantilla para cortar la masa con la punta de un cuchillo.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Pastel de Zanahoria

He leído que el bizcocho de zanahorias ya se hacía en la Edad Media. Como el azúcar no era habitual y cuándo lo había era carísimo, se utilizaban las zanahorias por su alto contenido en azúcar. Luego los ingleses lo volvieron a poner de moda durante el racionamiento de la segunda guerra mundial, volvía a haber falta de azúcar. Pero parece ser que cuando se puso de moda de verdad fue en Estados Unidos en los años 60. De hecho, esta receta me la dió una amiga que vive en Nueva York. Es un bizcocho algo “basto” de miga gorda y algo seco si nos pasamos con la cocción. Se le suele hacer una cobertura o relleno de crema de queso.
Ingredientes:
  • 125g de harina para repostería (que este pastel tiene tendencia a quedar compacto sino)
  • 150g de zanahoria rallada muy fina, yo uso el mismo grosor del rallador que para el queso, el fino.
  • 150g de azúcar moreno de caña
  • 2 huevos
  • 1 sobre de levadura en polvo
  • 1 cucharadita de las de café de canela y otra de jengibre en polvo o media de jengibre fresco rallado muy fino también)
  • 150 ml de aceite de oliva

Mezclar la harina con la canela, la levadura y el jengibre si éste es en polvo. Incorporar el aceite y mezclar bien con las varillas. Incorporar la zanahoria (mezclada con el jengibre si es fresco) y remover bien con una espátula. Luego añadimos los huevos uno a uno vigilando que el anterior se haya incorporado correctamente. Batir y mezclar todo muy bien con las varillas.

Ponemos la masa en un molde de horno algo grande, no debe quedar un pastel demasiado alto. Aunque también se hace mucho en molde de cake, y luego se rellena con la misma cobertura, como un sándwich.

Poner al horno precalentado a 180º durante 45 min en mi caso. Eso es hasta que el pincho sale limpio y el pastel ha subido bastante. Es importante que suba y quede muy esponjoso.

Cobertura de queso:

  • 6 cucharadas soperas de mantequilla a temperatura ambiente
  • 200 grs de queso philadelphia
  • 1 pizca de vainilla (yo no la pongo, no me gusta la vainilla, pero es un ingrediente de la receta original)
  • 400 grs de azúcar (yo pongo la mitad)
  • Un chorrito de leche (también se puede sustituir por coñac o Pedro Ximénez)
En un robot de cocina o con la minipimer batir la mantequilla, el queso y la vainilla durante unos minutes hasta que quede una mezcla homogénea, ir añadiendo el azúcar poco a poco, a cucharadas, batiendo después de añadir cada cucharada para que quede bien mezclada. Añadir un chorrito de leche -o coñac o vino dulce- (unas 3 ó 4 cucharadas soperas, no más) de manera que quede la mezcla con una consistencia que sea fácil de untar sobre el bizcocho.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

Bizcocho de Yogur


Ingredientes:

  • 1 Yogur griego (o natural azucarado)
  • 3 medidas de yogur de harina
  • 2 medidas de yogur de azúcar
  • 2 cucharadas soperas de aceite
  • 1 sobre de levadura Royal
  • 3 huevos
  • Ralladura de piel de 1 limón (o medio limón y media naranja, o naranja sóla, o mandarina)

En un bol batimos las claras hasta que estén medio montadas, añadimos las yemas batidas aparte y el azúcar y mezclamos. Luego añadimos el yogur, mezclando siempre con mucho cuidado para que no se bajen las claras. A continuación añadimos la harina, la raspadura de limón y el aceite, batiendo muy suavemente con las varillas hasta que tengamos una mezcla homogénea y por último añadimos la levadura.

Untamos un molde con un poco de mantequilla o aceite y espolvoreamos con harina, para que no se pegue el bizcocho y vertemos en él la masa.

Metemos en el horno precalentado a 160º y cocemos durante 45 minutos o una hora. Para saber si está hecho, pinchamos el centro con una aguja de hacer punto fina, un cuchillo o una brocheta metálica; si sale seca y limpia estará hecho, si sale manchada, aún le faltan unos minutos. Cuando esté hecho lo sacamos del horno y lo desmoldamos cuando esté frío.

Se puede usar yogures de sabores (de limón, por ejemplo), pero a mi me parece que le dan un sabor artificial. También se pueden añadir pasas, orejones picaditos, que antes de mezclar con la masa pasaremos por harina para que no se vayan abajo y se queden “flotando” por el bizcocho.
Se puede añadir a la mezcla medio vasito de yogur de cacao para hacer un bizcocho de chocolate, o, si no tenemos cacao podemos usar colacao.

También está rico si cuando lo desmoldamos lo abrimos por la mitad con un cuchillo como si fuéramos a hacer un bocadillo, y regamos las dos partes del bizcocho con un almíbar hecho con agua, azúcar y Pedro Ximénez, o coñac, o un vino dulce con miel. No debe quedar demasiado líquido, o se deshará el bizcocho. O lo podemos rellenar con mermelada… Casi cualquier cosa que se nos ocurra. Podemos poner fruta fresca (fresa a lámina, kiwis en rodajas, gajos de mandarina pelados) mezclados con nata montada… Sólo es un bizcocho.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Filloas

Después de los macarrones de colegio, nada como unas filloas con nocilla. Jijiji.

Ingredientes:
  • ¼ de litro de leche (que sea entera, por favor)
  • 2 huevos
  • 100 grs. de harina
  • Mantequilla
  • Una pizca de sal

Poner en el vaso de la batidora la leche, la harina, el huevo, una pizca de sal y un trocito de mantequilla (como una cucharadita pequeña).

Poner mantequilla en una sartén pequeña (mejor si es antiadherente, o una sartén especial para crepes que son ligeramente convexas), añadir la masa mover la sartén de manera que la masa cubra toda la superficie de la sartén en una capa finita. Cuando empiecen a tostarse los bordes, darle la vuelta y dejar cocinar unos 2 ó 3 minutos más.

Sacarlas de la sartén y ponerlas en un plato, una sobre otra para que no se enfríen. Se pueden rellenar de casi cualquier cosa, frutas con nata, mermelada y nata montada, crema pastelera, dulce de leche, o tomarlas sólo enrolladas y con azúcar. Me encantan con nocilla... Aunque están aún mejor con chocolate deshecho y muy negro.

También pueden hacerse rellenos salados: jamón y queso, espinacas con pasas y piñones, bechamel con atún, salmón ahumado con alcaparras…

Para hacer filloas auténticas, en vez de usar mantequilla para engrasar la sartén se usa un trozo de tocino.



domingo, 7 de octubre de 2007

Afternoon Tea (El té de las 5)

Desde que el otro día escribí sobre cómo hacer té, me quedé con las ganas de escribir sobre el tradicional té de las 5, que en realidad se sirve entre las 3 y las 4 de la tarde. Cuando escribía sobre el té comentaba lo importante que me parecía el ritual. Y el té de la tarde completo, con invitados, sándwiches, scones, tartaletas o tartas de fruta, muffins, bizcocho de jengibre y mil cosas más también tiene el suyo y, además, es divertido y te permite ser todo lo cursi que quieras, utilizar esa vajilla con juego de té y de café espantosamente repipi que heredaste de la tía Emerlinda, la cubertería de plata de tu abuela y todos esos cachivaches que tenemos y rara vez utilizamos, como las pasteleras de tres pisos y los soportes para tostadas...

Lo malo es que hay que trabajar bastante, tener muchas cosas en cuenta y prepararse con bastante antelación. Pero es divertido hacerlo en vez de una merienda-cena normal.

El té de la tarde se lo inventaron las señoras victorianas, porque pasaban hambre durante las horas en que se visitaban unas a otras, entre la comida (sobre las 12) y la cena (sobre las 8 de la tarde). Así que se convirtió en un acontecimiento social más para el que se sacaba el juego de té de plata, la mejor porcelana china, y las cocineras hacían los bocados más exquisitos. Ahora el té de la tarde se limita a una bolsita de té en una taza (sacrilegio!) y unas galletas.

Como mínimo, tenemos que preparar dos clases de sándwiches (pepino y salmón), scones con Clotted Cream de Devonshire y confituras, pastas de té, plum-cake o algún bizcocho de frutas, tarta de manzana o alguna otra fruta. Se pueden poner pastelitos, galletas, tartas, tostadas de pan de centeno con mantequilla y confituras (la mermelada, que sólo es la de naranja amarga es, exclusivamente, para el desayuno)...
Para cada comensal se pondrá una taza de té con su plato, un plato de poste, un cuchillo, una cucharita de té y un tenedor y una cuchara de postre. De todas formas, los pastelitos, cortes de tarta, sándwiches y demás deben ser de un tamaño y consistencia que permitan comerlos con los dedos.

El azúcar, para quienes tomen el té dulce, debe ser en terrones. También se debe poner un plato con rodajitas de limón para quienes tomen el té con limón. La leche será entera y fría.

Tanto el limón como el azúcar se ponen en la taza antes que el té.

Respecto a la leche, existe una gran controversia ¿se pone en la taza antes o después del té? Gran misterio… El British Standards Institute ha establecido que se debe poner antes del té. Pero no todo el mundo está de acuerdo, yo desde luego pienso que debe ponerse siempre después. Quienes están a favor de poner antes la leche, alegan que el té, al caer sobre la leche la calienta y esto hace que el sabor del té sea más intenso. Los que estamos a favor de ponerlo después, creemos que poner la leche después del té sirve para regular la cantidad de leche que queremos y lo fuerte que queremos nuestro té. Además, ver cómo se forma la nube de té en la taza es algo que a mí me encanta. Otra teoría es que, antiguamente, al poner la leche fría antes, se evitaba que el té hirviente hiciera que las tazas de loza se agrietaran. De esta teoría parte la idea de que poner la leche antes es un poco vulgar, ya que mientras las clases altas tenían tazas de porcelana que no se agrietaban con los cambios bruscos de temperatura, la gente con menos posibles se tenían que conformar con tazas de loza o barro sin cocer que se agrietaban fácilmente. De hecho, cosas de los ingleses y sus grandes diferencias de clase, hay una expresión algo despectiva para designar a alguien vulgar o de clase inferior que traducida sería “es de las que ponen la leche antes…” (“She is a bit milk in first” o “She is a bit m.i.f”).

El mantel y las servilletas deben ser de hilo, por supuesto, y blancos inmaculados, almidonados y sin una arruga ni doblez. Yo plancho el mantel justo antes de ponerlo en la mesa, así quito las marcas de haberlo tenido guardado en el armario (como estamos en España y no en la Inglaterra victoriana, también podemos usar el típico mantel de lagarterana que a todas nos han regalado alguna vez). Las servilletas, dobladas en cuadrado o el clásico triángulo. Dejemos la "servilletoflexia" para los chinos, hoy somos británicos estiradísimos.

Conviene tener agua caliente a mano para rellenar la tetera, ya que habrá que hacerlo por lo menos una vez, dependiendo del tamaño de la tetera y de la cantidad de invitados que tengamos. Las teteras de los juegos de té no suelen ser excesivamente grandes, así que tendremos que estar preparados para preparar una segunda tetera para las segundas tazas. Así que agua caliente en la cocina (a no ser que tengamos un samovar de plata que mantenga el agua caliente con un mechero de alcohol como los victorianos) de manera que tardemos poco tiempo en hacerla hervir para la segunda tetera, para no dejar a nuestros invitados solos demasiado tiempo (ya que tampoco tenemos un ejército de criados que lo hagan por nosotros como tenían las damas victorianas).

El protocolo manda que la anfitriona sirva el té a sus invitados, cogiendo cada taza con su plato en la mano izquierda (sujetándolos por el borde del plato) y pregunte a su invitado si quiere azúcar y cuántos terrones, y si quiere limón, y los ponga primero en la taza con unas pinzas. Luego, con la mano derecha, sin apoyar la taza en la mesa, servirá el té hasta algo más de dos tercios de la taza, dejando sitio para la leche, que pondrá después y de manera que en ningún momento la taza esté excesivamente llena (una vez puesta la leche debe quedar aproximadamente un centímetro y medio entre el té y el borde de la taza). Dejando la tetera en la mesa se le dará la taza al invitado, sin posarla en ningún momento en la mesa. (Hay que entrenarse un poco para esto, ya que hace falta bastante equilibrio sobre todo porque el peso entre la mano de la taza y la de la tetera está descompensado y porque la primera taza es fácil, pero cuando llevas varias y te quedan unas cuantas no lo es tanto).
RECETAS

SANDWICHES: como regla general, los sándwiches deben hacerse con pan sin corteza (o cortarla después de hacer el sándwich), no estar excesivamente llenos (hay que tener en cuenta que se deben sujetar con un par de dedos y no como una hamburguesa del McDonalds) y estar cortados por la mitad o en cuatro (unos en cuatro triángulos y otros en dos rectángulos). Se puede utilizar pan blanco o integral. A mí me gusta mucho el integral inglés que hace Semilla de Oro, es consistente y tiene un sabor muy rico. El Bimbo sin corteza no está mal, aunque es demasiado tierno y blando, así que suelo dejarlo “secarse” un par de días si quiero usarlo para hacer sándwiches.

Sándwiches de salmón: Se unta el pan con queso philadelphia, se pone encima el salmón ahumado y un poco de cebollino o perejil picado.
Sándwiches de pepino: Sólo a los ingleses se les ocurriría hacer sándwiches de pepino. Se corta el pepino, sin pelarlo, en lonchas muy finas. Se sala y se pone en un colador durante una media hora o cuarenta y cinco minutos para que suelte el exceso de agua. Se seca con papel de cocina. Se unta ligeramente el pan con mantequilla (que tendremos fuera de la nevera desde hace un rato para que no se rompa el pan), se ponen encima las rodajas de pepino y se espolvorean con pimienta negra recién molida. La verdad es que están sorprendentemente ricos.


Sandwiches de pepino y salmón: Mezclar una cucharada de mantequilla salada con una pizca de pimienta blanca, cebollino y eneldo picados y untar el pan con la mezcla. Poner una capa de pepino preparado como en la receta de los sándwiches de pepino y otra de salmón ahumado.

Sándwiches de berros, huevo duro y mayonesa: Mis favoritos. Simplemente me encantan, cuando vivía en Londres, eran mi comida habitual en un bar que había en Buckingham Gate esquina a Castle Lane y que se llamaba Piccolo. Picar los huevos duros a daditos pequeños, mezclar con berros picados y con mayonesa (tiene que ser de bote, no vale la casera) y añadir pimienta negra recién molida. Tiene que quedar cremoso pero no demasiado líquido, o será imposible comerse los sándwiches con los dedos. Es mejor poner poca mayonesa e ir añadiendo poco a poco hasta que consigamos la textura adecuada.

En realidad se pueden poner mil tipos de sándwiches, de queso con chutney de manzana o mango, de jamón asado, de roast beef, de queso azul con compota de peras, de queso de cabra con mermelada de cebolla, de ensalada de pollo… es cuestión de imaginación.

SCONES: No soy muy buena repostera. Pero esta receta está mil veces probada y nunca falla (sacada de un libro que se llama Cocina Tradicional Británica que compré hace años en un Vips). Los scones no son sólo un dulce para el té. Si se rellenan de fruta fresca (fresas, frambuesas, moras, grosellas) y nata montada hacen un postre muy rico y original.

Ingredientes para 10-12 scones:

  • Mantequilla para engrasar la bandeja de horno.
  • 225 grs de harina de repostería.
  • 1 cucharada sopera rasa de levadura en polvo.
  • 1 huevo batido.75 ml de leche.
  • 50 grs de mantequilla en dados y a temperatura ambiente.
  • Algo más de harina para amasar y otro huevo batido, o azúcar glass disuelto en leche para pintar.

Precalentar el horno a 220º. Y engrasar la bandeja con mantequilla (también se puede usar papel de horno o una base de silicona para poner sobre la bandeja).


Tamizar en un bol la harina y la levadura y añadir enseguida la mantequilla y mezclarlo todo con los dedos, hasta que quede una mezcla pastosa, que se pega a los dedos.

Hacer un hueco en medio de esa mezcla y poner en él la leche y el huevo batido y mezclar con una espátula hasta lograr una masa suave.


Poner la bola de masa sobre una superficie enharinada y amasar con cuidado hasta que quede suave y sin grumos. Con un rodillo, aplastarla hasta lograr un rectángulo de unos 2cms de espesor y cortar en círculos de unos 5cms de diámetro con un corta galletas, o con un vaso de vino. Hay regiones donde se hacen con forma triangular, pero a mí me gustan más redonditos.


Pasar los círculos de masa a la bandeja de horno, pintar por encima con huevo (o con leche, o con azúcar glass disuelta en leche) y hornear durante unos 8 minutos, hasta que suban y se doren. Dejar enfriar en una rejilla (para que no “suden” por debajo y se humedezcan).


Otra forma muy tradicional de hacer los scones es añadiendo pasas (sin pepitas) a la masa. Se ponen antes de añadir el huevo y la leche. Un puñadito, para que de vez en cuando, al morder, te encuentres una, sin exagerar.


Los scones se sirven con confitura (de fresa o frambuesa) y con CLOTTED CREAM que es la nata que queda en la superficie y flotando en grumitos después de cocer la leche sin pasteurizar y dejarla reposar unas horas. En Inglaterra la venden en casi todos los supermercados pero como aquí es difícil de encontrar (quizá la tengan en http://www.thefoodhall.es/), hay una forma de hacerla en casa, aunque el sabor no es exactamente el mismo: Se ponen dos partes de leche entera y una de nata para montar, calentándola al fuego más bajo posible durante un par de horas, hasta que se forme una especie de piel en la superficie. Dejar enfriar al aire durante toda una noche y a la mañana siguiente “pescar” la piel y los “grumos” que flotan en la leche. Mezclarlos bien y ya tenemos nuestra crema. La leche que sobra se puede utilizar para otras recetas.








TARTA DE FRAMBUESA FÁCIL.


La Masa: un vaso (de los de vino) de agua, la misma cantidad de aceite de oliva, una cucharadita de levadura en polvo, una pizca de sal, una cucharada (sopera y rasa) de azúcar y harina. A mí me gusta usar esta masa porque no es demasiado dulce y no tiene mantequilla, pero la receta original es con masa sablé.


Precalentar el horno a 180º.


Poner el agua y el aceite en un bol, añadir la levadura y el azúcar y batir con las varillas. Poco a poco añadir harina hasta que sea difícil mover con las varillas, entonces pasar a las manos, seguir añadiendo harina y amasando con las manos hasta conseguir una masa consistente pero que no se rompa ni se agriete.

En una superficie enharinada extender la masa con el rodillo hasta tener un rectángulo de un centímetro de espesor. Con un cuchillo cortar los bordes hasta que obtengamos un rectángulo que sea estrecho y largo, de unos 12 cms de ancho por 35 de largo.

Con la masa que sobre una vez recortado el triángulo, haremos un “rulo” para pegarlo en todo el borde de la tarta, para que el relleno no se nos desborde.


Ponemos la base de la tarta sobre la bandeja de horno engrasada (o papel de horno o base de silicona) y pinchamos con un tenedor para que no suba demasiado. Y la metemos en el horno, cubierta con papel de plata para que no se tueste, durante 20 minutos.


Si la queremos hacer con masa sablé: (250 grs de harina, 125 de mantequilla, 125grs de azúcar, 1 huevo, una pizca de sal y un chorrito de agua o leche: se pone la harina en volcán, y en el hueco los demás ingredientes, mezclar bien con las manos, hacer una bola y dejar envuelto en papel film durante un par de horas en la nevera; luego proceder como con la otra masa.


Si no queremos amasar, se puede utilizar masa quebrada congelada. Pero no la recomiendo.

Sacamos la base del horno, y rellenamos con confitura de frambuesa. Debe quedar del mismo espesor que la base, más o menos, hacemos con los restos de masa unos adornos sobre la confitura y la metemos de nuevo en el horno durante 10 minutos, dejando que se doren los bordes y adornos de masa. Se puede espolvorear con azúcar glass y adornar con frambuesas frescas.

También puede hacerse con confitura de otras frutas, fresa, moras, grosellas, arándanos, albaricoque… O en vez de una tarta grande se pueden hacer tartaletas individuales.

Esto se está pasando de largo, así que voy a dejar las otras recetas que tenía en mente para otro día…