Ingredientes:
- Una lata grande de tomate triturado.
- Media cebolla grande, o una pequeña.
- Un diente de ajo (pequeño).
- Sal, azúcar y aceite de oliva.
Cortar la cebolla en juliana y sofreír junto con el diente de ajo cortado por la mitad en el aceite a fuego suave hasta que esté transparente. Añadir el tomate triturado, dos cucharaditas de azúcar y sal. Cocer a fuego suave durante unos 20 minutos, removiendo de vez en cuando para que no se pegue. Pasar por la batidora y rectificar de sal. Listo.
Si se hace con tomates frescos, la receta sería igual, pero en vez de la lata de tomate triturado se utilizaría un kilo de tomates maduros (y que sepan a tomate, cosa difícil si no los cultivas en tu huerto). Y después de pasar el tomate frito por la batidora habría que pasarlo por el pasapurés para deshacernos de las pepitas y la piel.
Una buena idea es congelar parte en una cubitera, como si fueran cubitos de hielo, y una vez congelados conservarlos en una bolsa para congelados, para luego tener pequeñas cantidades para usar en otras recetas sin tener que descongelar más cantidad de la necesaria.
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