He leído por ahí que el crumble se lo inventaron los ingleses durante la segunda guerra mundial, debido al racionamiento de alimentos. Para hacer pasteles hacía falta más harina de la que se podían permitir, así que se inventaron el crumble. Es una mezcla de frutas, o frutos secos, con una corteza encima hecha de mantequilla, harina y azúcar, que se “desmorona” al servirlo, de ahí su nombre.
Ingredientes:
- 4 manzanas peladas y sin corazón cortadas en láminas de medio centímetro de espesor y rociadas con el zumo de medio limón para que no se oxiden.
- Frambuesas, un par de puñados. Pueden ser congeladas si no es temporada.
- Harina.
- Mantequilla (que lleve rato fuera de la nevera, tiene que estar blandita).
- Azúcar blanco, azúcar moreno, canela.
- Un molde de suflé engrasado con mantequilla.
Ponemos en un cazo las manzanas con una cucharada de azúcar blanco y espolvoreadas con un poco de canela, un poco de mantequilla (como media cucharada) y dejar cocer a fuego lento durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que estén tiernas pero enteras.
Sacar del fuego, ponerlas en el molde y añadir las frambuesas mezclando suavemente para que la manzana no se haga puré.
Para hacer el crumble, en un bol mezclar una taza de harina, con 3 ó 4 cucharadas colmadas de azúcar moreno, una pizca de canela y aproximadamente 100 gramos de mantequilla cortados a dados e ir mezclando con los dedos hasta que tengamos un montón de migas de pan pegajosas.
Se cubre el molde con las “migas”, sin apretar, como si pusiéramos queso rallado a la pasta y lo metemos en el horno precalentado a 180ºC durante una media hora, o hasta que la cobertura esté doradita y crujiente.
A mí me encanta templado y con nata líquida. También se puede tomar con helado, con natillas o con nata montada.
Se puede hacer de albaricoques, sólo de manzana, de manzana y moras, de peras, de melocotones; se pueden añadir pasas, ciruelas, orejones, higos secos, nueces… La cobertura se puede hacer con harina integral, añadirle almendras, o ralladura de piel de limón. Una vez que no tenía harina lo hice con muesli, y estaba bien rico.
También se pueden hacer crumbles individuales en moldes de suflé pequeños, quedan de lo más mono, con una bola de nata montada encima.
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