Ingredientes:
- Pimientos rojos, grandes y muy carnosos. Se puede escoger alguno de los pimientos más verdoso, o incluir uno verde entre los rojos.
- Aceitedeolivavirgenextra
- Un par de dientes de ajo muy picados.
Lavamos los pimientos y los ponemos en una bandeja de horno. Los metemos en el horno precalentado a 150º durante unas dos horas, o hasta que se haya tostado la piel y la carne esté melosa y blanda. Los sacamos del horno y los dejamos templar tapados con papel de plata o de periódico (para que "suden").
Cuando estén templados, los pelamos con cuidado y les quitamos las pepitas. Para no estar todo el rato lavándonos las manos mientras los pelamosy les quitamos las pepitas (es muy pringoso) lo que hago es poner al lado un bol con agua y ahí voy enjuagándomelas.
Los cortamos en tiras desgarrándolos con los dedos y los ponemos en un recipiente que tenga tapa (yo uso tuppers de cristal).
Los aliñamos con el ajo picado, una buena cantidad de aceite y el juguito que ha quedado en la fuente de horno, con cuidado de que no caigan pepitas. Hay quien añade unos cominos majados en el mortero, le dan un toque muy especial, aunque a mi me gusta más sólo con ajo y aceite.
Están más ricos un día o dos después de haberlos preparado... si es que duran tanto...
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