- Pechuga de pollo en filetes (o cortada en trozos)
- Un par de dientes de ajo
- Pimentón, sal y pimienta
- El zumo de medio limón y la misma cantidad de vino blanco
- Una cucharadita pequeña de mostaza a la antigua (la de los granitos)
- Si vamos a hacerlas empanadas, un huevo y pan rallado
En el mortero machacamos bien los ajos con una pizca de sal para que no resbalen hasta que tengamos una pasta. Añadimos el pimentón, la mostaza, el zumo de limón y el vino y movemos bien hasta que quede una pasta homogénea.
Salpimentamos el pollo y lo ponemos en un tupper, cubriéndolo con la pasta que hemos hecho en el mortero, y dejamos marinar un mínimo de dos horas, moviendo de vez en cuando. Si lo vamos a hacer a la plancha, ya está listo para, hacerlo a la plancha.
Si lo vamos a hacer empanado, a la marinada que hemos preparado le añadiremos un huevo batido. Y hacemos lo mismo, lo metemos en el tupper todo durante unas horas (yo suelo hacerlo temprano por la mañana para comerlo a mediodía). Cuando lo vayamos a preparar, lo pasamos por pan rallado y luego lo freímos en aceite de oliva.
1 comentario:
Curioso, cómo con los mismos o parecidos elementos se pueden hacer cosas distintas. Para acompañar mis frejoles recalentados hoy hice un pollo muy parecido al tuyo, pero sin marinar y sin huevo, pero sí con limón, exprimido ya en el plato. Si puedes encontrar panko, el pan rallado que usan los japoneses, pruébalo. Yo me he hecho adicto.
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