Este invierno está siendo eterno: gris, lluvioso, frío y larguísimo. Cuando esta mañana he visto una bandeja con fresones en la frutería no he podido resistirme. Aunque no estuvieran especialmente dulces, nadando en zumo de mandarina y con un montón de azúcar estaban deliciosos. Y me han alegrado el día.
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3 comentarios:
Me gusta esta manera de darnos alegría. Me encantan los fresones y estoy de acuerdo en que son antidepresivos! Acompáñalos con nata cuando el hombre al que amas está afeitándose en el baño.
Mmm... creo que se me fue la imaginación a otros ámbitos.
Me encanta tu blog.
Un saludo
Hola Montse! Muchas gracias por tu comentario. Un beso.
Cómo pudiera pasarte el sol que entra por mi ventana y el mar azul a lo lejos. Gracias por tu visita de hoy
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