Un postre de lo más invernal. Están muy ricas frías y con un poco de nata líquida caliente por encima, o templadas y con una cucharada de queso Mascarpone. Cuanto mejor sea el vino que usemos, más ricas estarán. Eso vale para las peras, los tintos de verano y cualquier otra receta que lleve vino, aunque muchos digan que es sacrilegio y usen para cocinar vino de tetrabrik. Eso si que es una herejía. Y de las peores.
Ingredientes:
- 6 peras que no estén demasiado maduras, y que no tengan golpes. Peladas y con su rabito y frotadas con un poco de limón para que no se oxiden.
- Una botella de vino tinto (cuanto mejor sea... etc...).
- 6 cucharadas soperas de azúcar
- Una rama de canela
- Un trozo de piel de limón y uno de piel de naranja.
- Una ramita de romero
En una cazuela baja, ponemos el vino, el azúcar, las pieles de limón y naranja, la canela y el romero. Dejamos que hierva hasta que se disuelva todo el azúcar. Metemos las peras y dejamos cocer a fuego suave con la cazuela tapada durante 45 minutos. Si se redujera demasiado el líquido, añadir algo más de vino.
Cuando las peras estén bien hechas, sacarlas de la cazuela, ponerlas en un bol, con el rabito hacia arriba, y reducir la salsa a fuego fuerte durante 10 minutos, hasta que espese y quede como un jarabe y luego colarla sobre las peras.
Servirlas en boles individuales con su almíbar, y como he dicho antes, se pueden tomar frías o templadas, con nata líquida fría o caliente, o con nata montada o con una cucharada de Mascarpone.
La ramita de romero y la piel de naranja son optativos, ninguno de los dos está en la receta de toda la vida. Un día se me ocurrió probar con el romero y la naranja y me gustó el resultado. Hay quien le pone una vaina de vainilla abierta por la mitad. Pero yo odio la vainilla tanto o más que el repollo.
También pueden hacerse con Oporto en vez de vino tinto, o con vino de Madeira.
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