- 1 brik de nata líquida de 200 grs (mejor que sea para montar que para cocinar, aunque sirven las dos).
- La misma medida del brik de azúcar
- Dos medidas del brik, de harina
- Medio brik de aceite o de mantequilla
- 4 huevos, separadas las yemas y las claras
- 1 sobre de levadura Royal
- Ralladura de limón, naranja o mandarina (o mezcla de ralladuras)
Precalentamos el horno a 180ºC.
En un bol que habremos metido un rato en el congelador ponemos la nata y batimos con las varillas (de mano o eléctricas) hasta que esté medio montada pero aún líquida. Como para el café irlandés de verdad. Entonces añadimos el azúcar y montamos un poco más pero solo lo justo para mezclar muy bien.
Añadimos las yemas, una a una batiendo despacio, sin que se monte ni se desmonte la nata y la ralladura que hayamos decidido usar. Aparte mezclamos la harina con la levadura y luego la añadimos a la mezcla anterior batiendo suavemente, para que no queden grumos.
En otro bol batimos las claras a punto de nieve (se sabe que están listas dándole la vuelta al bol, si no se caen, están a punto de nieve, también se sabe porque si sacamos las varillas se hacen piquitos como si fuera un merengue) y las añadimos a la mezcla anterior con mucha suavidad y movimientos envolventes de las varillas hasta que esté todo mezclado.
Ponemos la mezcla en un molde untado con mantequilla o aceite y metemos en el horno durante 45 minutos aproximadamente, o hasta que al pinchar con una brocheta esta salga limpia. Si se dora demasiado por encima cubrir con papel de aluminio.
Se puede añadir a la masa, después de la harina y antes de añadir la nata montada, un puñado de pasas o de frutas confitadas, que habremos lavado y pasado por harina para que no se vayan al fondo del bizcocho. También se puede aromatizar con agua de azahar.